Nos encontramos ante un remake de la película de los 90 protagonizada por Keanu Reeves y Patrick Swayze, qué fue traducida en España cómo "Le llaman Bodhi" y que encendió la chispa de la afición por el surf en multitud de jóvenes que acudían a su playa siempre que había tormenta para coger un resfriado, porque por aquí no hay olas.
¿Y por qué no han vuelto a traducirla y han dejado el título original? No por continuar la reciente tradición inmovilista de tocar lo menos posible una obra para que así no haya que modificar el merchandising asociado y los beneficios sean aún mayores, sino por pura vergüenza. Nos encontramos ante un videoclip de YouTube de una duración algo más corta. Los ladrones ya no quieren robar bancos, sino que aspiran a la autorrealización por medio de una serie de pruebas extremas cómo tirarse de un edificio, de un avión en vuelo, de una ladera nevada y de vete a saber dónde más, porque estoy escribiendo esto mientras continúo viendo la película.
Al principio hay ciertos guiños al film original, como las caretas de los presidentes Obama y Bush en el atraco inicial, también veremos una escena de surf, qué sirve a un Johnny Utah de baratillo, ex-youtuber de deportes extremos reconvertido en agente del FBI, para introducirse, tras un homenaje / plagio del Club de la lucha,.en la banda criminal que no tiene un nombre tan atrayente como "La banda de los ex presidentes" pero si una filosofía Mr Wonderful que provoca el vómito.
No voy a hablar de otros personajes como Pappas, que otrora interpretará Gary Busy, porque sus papeles son irrelevantes. El único actor famoso es uno de los protagonistas de la serie The Good Fight, que no es precisamente mainstream. Ni siquiera la muerte del hipotético interés romántico, casi inexistente, de Utah, logra conmover un ápice a nuestros corazones.
Visualmente es apabullante, como un documental del National Geographic o una película hindú, pero aparte de eso y de mostrar una caterva de deportes extremos salpicada por fiestas con jóvenes ligeras de ropa, alcohol y drogas, no encontraremos mucho más a nivel narrativo.
A otros niveles, podemos ver cómo pese a que los crímenes contra empresas americanas se producen en otros países, los USA se arrogan el derecho de enviar a sus agentes allí donde los intereses de sus empresas sean necesarios. El gobierno al servicio del capital y la ley americana por encima de todas las demás. Como aquí, vaya.
Remake innecesario, pues ni siquiera actualiza la historia. La cinta atufa a película de principios de los 2000. Ya me dirás a quién le interesa hoy día los deportes extremos, si Tony Hawk tiene ya 60 años y los surfistas están más preocupados en subir sus fotos a Instagram que en cabalgar la gran ola.

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